Una y otra vez

Vuelvo una y otra vez sobre los mismos paisajes.
A veces cambia la mirada.

Vuelo de rapaces

Rapaces lentas

coronan los peñascos.

Tarde de invierno.

A.

Peñas

Las peñas parecían inaccesibles, pero hemos terminado por escalarlas.
Miedo, y cuidado, y una sensación de vigor y vida y triunfo.
Desde arriba, en la meseta solitaria que corona las columnas de roca, la visión se extendía sin límites sobre picos, valles, espesura de bosques de pino y encina.
En el muro de piedra, una cabra salvaje exhibía su ligereza imposible.

Una herida roja en el cielo

Amanece tarde, en estos días finales del año.
Hoy, al salir de casa, aún era plena noche, excepto por una herida del color de la sangre en el horizonte del Este..
Al llegar al trabajo, sin embargo, ya era día claro, y unas estrañas nubes, largas como dedos teñidos de rojo, aprisionaban el cielo, a semejanza de una inmensa mano fantasma, a la vez ligera y densa.

Personajes e historias

Observo la tendencia a la creación de personajes, cada uno con su forma de ser y su impulso hacia autoperpetuarse y generar karma: "la seria", "la comprensiva", "la mística", "la manipuladora", "la...".

Todos actúan para otros, o para su propio beneficio. Ninguno es yo.

¿Será posible vivir sin personaje? ¿Sin cadenas kármikas¿ ¿En la libertad de lo nuevo?

Observo también la tendencia a pasarme el día enganchada con las historias que me cuentan mis pensamientos, como otros se enganchan a Telecinco.

De nuevo, me pregunto: ¿será posible vivir sin historias?

O, como dice Byron Katie: "¿quién serías sin tu historia?".

Sin mis historias.

Tiempo de caminar

"Todo tiene su tiempo
y todo cuanto se hace debajo del sol tiene su hora."
(Eclesiastes)