Me equivoqué al referirme a Giegerich y Carutti como habitantes del mismo mundo.
Giegerich es un de constructor. Carutti, un constructor. Cabe que ambos oficios sean necesarios, pero no pueden ser más diferentes.
aenlibertad@gmail.com
miércoles, 13 de julio de 2016
lunes, 11 de julio de 2016
Habitantes del mismo mundo
Hay una suerte de hermandad profunda entre el pensamiento de Giegerich y el de Carutti. Ambos son, en el sentido más estricto, coetáneos. Habitantes del mismo mundo.
Epifanías interruptus
Toda vez que el alma se manifiesta (a sí misma) el ego intenta apropiársela, impidiendo así su epifanía.
Ese ego condenado a morir, digno, también, de compasión. Y de consideración, por cierto.
El ego tiene, también, sus derechos.
Ese ego condenado a morir, digno, también, de compasión. Y de consideración, por cierto.
El ego tiene, también, sus derechos.
Sin consuelo
El alma, en tanto que órgano de la verdad ( Giegerich dixit), exige, por pura honestidad ( intelectual y de la otra), despojarse de todo consuelo mistico-mitico-jipijapi para quedarse en bolas totales frente a nuestra propia animalidad-insignificancia-irrelevancia.
A ver, irremisiblemente, somos monos. Y, además, nos vamos a morir. Del todo y para siempre.
Y, sin embargo...
A ver, irremisiblemente, somos monos. Y, además, nos vamos a morir. Del todo y para siempre.
Y, sin embargo...
domingo, 10 de julio de 2016
Noche en el bosque
Noche en el bosque. Entre las ramas bajas del borde del camino, la magia pequeña de una luciérnaga. En el cielo, una luna afilada, conjunta a Venus, suspendida sobre el horizonte del oeste. Pálidas estrellas ocupando lentamente su lugar.
miércoles, 6 de julio de 2016
Jung anciano
Me gustan las fotografías de Jung anciano. A la vez centrado en el adentro y el afuera, en sí mismo y en el mundo. Totalmente humano. Terrenal. Completo. En plenitud.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)