Hacer.
Hacer lo que se es construye mundos.
El mundo en el que vive cada uno.
El más grande y complejo que todos compartimos.
aenlibertad@gmail.com
jueves, 25 de enero de 2018
Vida animal
La densidad de vida ciega y animal, contenida en el corazón del bosque.
Hermosa, verdadera, plena en su realidad y su crudeza.
Comida y lucha y frío. Sexo y crianza y madriguera y muerte.
Hambre, placer, dolor, sencillamente ser, y hacer lo que hay que hacer. Ahora, ahora, ahora...
Hermosa, verdadera, plena en su realidad y su crudeza.
Comida y lucha y frío. Sexo y crianza y madriguera y muerte.
Hambre, placer, dolor, sencillamente ser, y hacer lo que hay que hacer. Ahora, ahora, ahora...
miércoles, 24 de enero de 2018
Los cielos del invierno
Las estrellas. Las estrellas se caían encima, de grandes y pesadas, bajo el negro profundo del invierno.
(esta noche)
(esta noche)
Las formas del invierno
Las formas despojadas, los paisajes desnudos del invierno.
Vacíos hasta el hueso de todo lo que no es esencia.
Quietos en su pureza.
Vacíos hasta el hueso de todo lo que no es esencia.
Quietos en su pureza.
martes, 2 de enero de 2018
La belleza que duele
Bosque. Piedra. Montaña. Cielos límpidos, surcados por los vientos.
A veces me inunda la belleza como una marea salvaje. La belleza que invade, que avasalla, que llega a doler de tanto y tanto que penetra...
A veces me inunda la belleza como una marea salvaje. La belleza que invade, que avasalla, que llega a doler de tanto y tanto que penetra...
lunes, 1 de enero de 2018
Fuego nuevo
Nubes blancas, inmensas, plateadas por una luna casi llena. Caminos solos que atraviesan los bosques, las montañas, los campos helados del invierno.
He vuelto a casa conduciendo despacio, sola en la madrugada transparente y, a pesar de la hora y el cansancio, he seguido el impulso de encender el fuego.
El fuego nuevo del año.
Una sencilla ceremonia de calor y belleza.
Para mí. Para aquellos que amo. Para los que habitaron los tiempos del principio. Para los que nos seguirán. Para la Tierra Madre, que nos sostiene a todos.
He vuelto a casa conduciendo despacio, sola en la madrugada transparente y, a pesar de la hora y el cansancio, he seguido el impulso de encender el fuego.
El fuego nuevo del año.
Una sencilla ceremonia de calor y belleza.
Para mí. Para aquellos que amo. Para los que habitaron los tiempos del principio. Para los que nos seguirán. Para la Tierra Madre, que nos sostiene a todos.
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