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martes, 12 de diciembre de 2017

En el claro

Cabras. Cabras salvajes en el claro, recortadas por una luz helada contra el fondo boscoso.
Finas, ágiles, hermosísimas en su ser lo que son, en su estar, en su tiempo, en su absoluta comunión con lo que, simplemente, es.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Presta a la batalla

Aparcados todos mis prejuicios compasivos y newageros, y maldiciendo  el hecho de no tener estos días varón cercano a quien encasquetarle el marrón, procedo a meditar el mejor procedimiento para cepillarme a la malhadada rata, preferiblemente sin mancharme las blancas y delicadas manos.
Así que acudo rauda al pueblo vecino, donde ofrece sus múltiples servicios una especie de tienda del Oeste en la que, como Amazon, pero sin tantas pretensiones, lo que no tienen es porque no existe. Y así, tras recibir asesoramiento y consuelo, regreso a mi cubil -en este tiempo compartido con la espantosa criatura- munida de trampas, venenos y cuanto el ingenio humano ha pergeñado para la hercúlea tarea que me aguarda.
Presta me hallo para la suprema hazaña.
¡Muere, bicho infame! ¡Aggghhh!!!!
(Continuará)

Alerta rata

Una rata.
Una rata del tamaño de un trolebús armando ruido por el trastero. Puedo atestiguar ante el Supremo que no existe bicho más grande de su especie en todo el hemisferio Norte. Y aparece -cosas del karma- apenas un rato después de quedarme sola en la casa para varios días.
Cómo llamar a los bomberos está descartado (aunque lo consideré) y despertar a los vecinos tampoco es plan, acuerdo conmigo misma atrancar todas las puertas posibles y convivir con el malhadado bicho toda la (eterna) noche, hasta que mañana (por hoy) sea factible dar solución a la catástrofe.
En fin...

domingo, 10 de diciembre de 2017

Vida salvaje

Dos jabalíes enormes, oscuros, masivos, atravesando el camino delante de los faros.
Más allá del sobresalto y la frenada, la maravilla, la pura reverencia ante la visión de tanta vida agreste, contenida en la noche, por un instante desvelada...

domingo, 3 de diciembre de 2017

jueves, 30 de noviembre de 2017

Donde todas las cosas se bastan a sí mismas

Amo el momento diario de la vuelta a casa, conduciendo despacio por las pistas que atraviesan los bosques. Mujer y máquina en una sinergia potente, un animal compuesto, lleno de fuerza y equilibrio, deslizándose, como cualquier otro animal, por las sendas ocultas en la espesura.
Amo esta vida tan sencilla y pura, tan profunda en sus gestos, en cada acción precisa y cotidiana.
Amo este tiempo casi inmóvil, tan lleno y tan vacío, tan fácil de vivir sólo dejándose llevar por el momento.
Donde todas las cosas se bastan a sí mismas.

Padre Sol

Y arriba, más allá del azul, el Padre Sol, vertiendo su energía sobre el mundo.

Árboles

Miro los árboles.
Miro los bosques infinitos que se extienden, cubriendo las laderas.
Pero ellos, los árboles, cada uno de ellos, es un ser en sí mismo. Uno que que, como yo, nació, se está en su tiempo y morirá. Un hijo de la Madre que nos  tiene a todos. Un miembro silencioso del pueblo de la vida.

Sobre la tierra y bajo el cielo

Es una antena, el cuerpo. Una antena y una mano tendida. Un órgano de captación y relación. Un recipiente de dolor y de éxtasis, conectado con todo, vibrando, sintiendo, compartiendo con todo, siendo parte de todo, de la red infinita, continua e indivisa, de todas las criaturas y las cosas.

martes, 28 de noviembre de 2017

On the road

Conducir de madrugada por la carretera desierta, con la luna bruja entre nubes plateando los campos helados.
Soledad. Silencio dentro y fuera y, por momentos, ráfagas de un miedo sobrenatural, de pura infancia. A la oscuridad. A las sombras informes que aparecen y se esfuman al albur de los faros. A la noche de invierno, intemporal y eterna.
Dos grados bajo cero, dice el termómetro del coche.
En la distancia, las lucecitas tímidas del pueblo, que al fin se acerca.

martes, 21 de noviembre de 2017

Nada

Nada.
Ni una onda
en el lago
de la espera
(lentamente
la muerte
va llegando)

Nada que hacer.
En el silencio,
la perla
de la muerte
(hay una espera
cada vez más profunda)

Amelia de Sola:
Historias del hospital.

domingo, 12 de noviembre de 2017

Una vez soñé con un bosque

UNA VEZ SOÑÉ CON UN BOSQUE
(la magia de la materialización)

Una vez soñé con un bosque.
Una vez soñé con un lugar salvaje y vivo, fiero y profundo y verdadero.
Una vez soñé con un lugar de soledad y fuerza, y el sueño se hizo grande y adquirió potencia, hasta que el bosque tomó forma en el "afuera", y allí nos encontramos y reconocimos.
Una vez soñé con un refugio en el lindero. Un refugio pequeño, de madera y barro, donde vivir y trabajar y hacer cosas hermosas con la mano y la palabra. Una burbuja cálida alrededor del fuego madre, sobre la tierra y bajo las estrellas.
Y hubo tiempo y esfuerzo, paciencia y lento confluir de gente y de materia . Y poco a poco va tomando forma, allí, sólido y resguardado, a la sombra del bosque.
Nunca como este tiempo he vivido, estoy viviendo día a día en consciencia el mágico proceso de materializar. La magia cotidiana por la que tiempo, recursos, voluntad y trabajo sacan "afuera" lo nacido "dentro", o tal vez simplemente ponen de manifiesto que no hay más realidad ni más espacio que solamente uno.
Hay la creación. Hay lo soñado y aquello que se gesta y se alumbra con tiempo y con esfuerzo.
Hay un bosque profundo y una casita creciendo en el lindero.
Hay un alma que abarca y que comprende la ilusión del adentro y el afuera, el sueño y el trabajo.
Hay un mundo plantado en el silencio.


domingo, 5 de noviembre de 2017

Ese silencio

Tenía que llegar
ese momento
en el que nada ocurre.

Tenía que llegar
ese silencio...

(Amelia de Sola)

martes, 3 de octubre de 2017

La gestación de lo nuevo

“El Estado ha desaparecido en buena parte de Francia. Si vas a los pueblos, ya casi ni hay correos ni la gendarmería. En Cataluña hay pueblos ya desconectados del Estado español. El Estado solo resiste y sigue presente en París o Barcelona. Así que, con la crisis y el ascensor social roto, el territorio es un valor refugio. Pasa en todas partes. No tiene vuelta atrás".
(Opinión de un catalán francés)

Y esa es la verdadera clave, no sólo del fenómeno catalán, sino del fin de un mundo y la dolorosa gestación del siguiente.
Los que andamos por pueblos pequeños lo sabemos: Desaparecen las sucursales bancarias, las oficinas de Correos, el transporte público, las escuelas... Los servicios médicos se alejan cada vez más...
La gente se auto-organiza -esa es la clave- en redes de apoyo mutuo.
Y ahí está el futuro: auto-organización, redes de apoyo e Internet.
El Estado Padre se muere. Cada vez es más lejano, represor e incautatorio, ofreciendo a cambio menos y menos. Se extingue, como se extinguieron los dinosaurios dejando el relevo a criaturas más pequeñas y ágiles. Y de sangre caliente...
El problema será el sufrimiento de la transición. Y generaciones enteras tendremos que atravesarlo. A la Historia no le importa. A nosotros, sí. Tratemos de hacerlo lo más fácil posible. Tratemos de entendernos. Tratémonos bien.

sábado, 30 de septiembre de 2017

Una belleza huidiza

En el paseo de esta mañana, una liebre asustada ha emprendido una larga carrera desde el arbusto que la cobijaba -apenas a un metro del animal humano que esto cuenta- hasta la linde del bosque protector. Una belleza huidiza,  de pelaje pardo y largas orejas rematadas de negro. Un habitante más de este pedazo de tierra que a ratos creo -así de ridículo es el narcisismo de nuestra especie- que me pertenece. Como si no fuera mucho más lógico saberse y sentirse parte de este ecosistema, junto a la liebre y el corzo, la cabra y el jabalí. Sentirse y saberse de la misma materia de la encina y el enebro, la arcilla roja del suelo y los almendros plantados por unas manos que hace ya mucho que volvieron al suelo madre.
Amo profundamente este lugar bellísimo y sencillo, que en mis momentos de estúpido orgullo me da por pensar que me ha sido confiado para que lo conserve y lo cuide, pero la realidad es que no soy más que una criatura que, como todas las demás que lo habitan y conforman, desarrolla aquí la vida y la actividad que corresponden a su ser.
Al bosque no le importan mi amor y mi gratitud, pero ellos forman parte del animal que soy. De este animal extraño, dotado de la capacidad de maravillarse.

sábado, 19 de agosto de 2017

Habitante de la noche

Hoy, de vuelta a casa después de un día de textura agridulce, un pequeño zorro atravesando el camino,  parándose en la cuneta a mirar con curiosidad a esta criatura humana, retozando sin rastro de miedo por el campo sembrado ante mis ojos. Un pequeño habitante de la noche, salvaje y bello, que ha caminado brevemente por mi vida.
Gracias por ello.

viernes, 18 de agosto de 2017

Barcelona, 17 de agosto

Chicos de diecisiete, de veinte años, con sus jóvenes y probablemente duras vidas a la espalda, ciegos de hormonas y de un idealismo fanático, masacrando en nombre de Dios a gente inocente que intentaba descansar de una vida que tampoco es fácil -que no lo es para nadie- una tarde cualquiera de las Ramblas barcelonesas.
Vidas rotas, perdidas, tiradas al muladar de la Historia.
Para nada. Para nadie.
Por ignorancia. Por miedo. Por desconocimiento del amor.

jueves, 17 de agosto de 2017

Sobre los otros y la Sombra

Da la impresión de que las personas que pueblan nuestra vida representan -¿son?- distintos aspectos nuestros, pero acentuados. Como para que nos demos cuenta sin remedio ni escapatoria posible.
Por cierto que, obviamente, nosotros también representamos -¿somos?- algún aspecto de los demás. Y no necesariamente el mismo para todos.
Cosas de la vincularidad.

domingo, 16 de julio de 2017

Cosmética ecológica (noticias de mi Tauro ascendente)

Cosmética ecológica:
Hace algún tiempo que decidí prescindir de las hidratantes y nutritivas industriales, cargadas de químicos y de sustancias desconocidas, y fabricar yo misma mis propios cosméticos.
Y he de decir que he encontrado mucho placer y sensualidad -entre la alquimia, la magia y el antiguo arte de la perfumería- en la elaboración de estas mezclas sutiles, personales y hermosamente... femeninas.

Aquí va una muestra de las producciones de mi taller:

Loción para la piel:

Mezclar una base de aceite de almendras con aceite de argán, de rosa mosqueta y de calophile (todos ellos ecológicos). Perfumar con aceite esencial de mirra (no usar nunca en cualquier mezcla más del 1% de ningún aceite esencial, porque son tan potentes que pueden resultar peligrosos). Añadir unas gotas de flores de Bach: Rescue Remedy, Crab Apple, Rock Water... lo que cada cual necesite.
Aplicar tras el baño en todo el cuerpo, con la piel mojada, dejar actuar unos minutos y secar.
En cara, cuello y escote, utilizar mañana y noche, como cualquier crema comercial.

La piel lo absorbe con facilidad y queda suave, nutrida y con un maravilloso perfume a mirra.

 En todos los sentidos, un placer.


miércoles, 1 de febrero de 2017

Niebla

En el alba oscura, niebla sobre la huerta, borrando los perfiles de los árboles, de las plantas, corriendo por los surcos de la tierra como un agua espesa.
Y, tendida en el llano, una ciudad perdida, oculta tras la niebla.

miércoles, 25 de enero de 2017

Por todos nosotros

Compasión por todos nosotros. Por nuestra incapacidad de sentarnos juntos. De asumir nuestra responsabilidad compartida. De buscar el bien común.

Como un perfume incierto...

De la inutilidad de tratar de apresar el misterio -en palabras, ideas, razonamientos, creencias o descreencias...-
El misterio se escapa de esos intentos como agua entre los dedos, dejando en las manos, a lo sumo, un triste residuo de arena seca.
El misterio es... misterio. De él nada puede decirse salvo, tal vez, por alusión.
Pero el misterio siempre está presente.
Omnipresente.
Como un perfume incierto que lo impregna todo.

martes, 24 de enero de 2017

Me digo yo a mí misma...

Yo no sé lo que soy, vaya esto por delante. Pero, si me identifico sólo con el '"yo", nada se entiende. Y por eso, por no entender nada de nada, trato, por ejemplo, de algo tan peregrino como " integrar a la sombra", como si el "yo" pudiera integrar algo. Como si la sombra, que es "otro" por definición, y que campa "afuera" por sus respetos, pudiera subsumirse en corral tan estrecho. Como si sombra y yo no fueran pares, y mejor para todos si, como buenos hermanos, evitan canibalizarse el uno al otro. Porque, si más estúpido que malo es que el "yo" intente comerse a la sombra, puede que aún peor resulte que la sombra trate de comerse al "yo". O de sustituirlo. Y aquí lo dejo, que marea el tema. Sobre todo cuando caigo en cuenta de que ese "yo" que no soy, pero con el que tiendo a identificarme, resulta ser la sombra del otro que no tengo conciencia de ser, pero que soy también.
Y es que va a venir a resultar que Ser, como madre, no hay más que uno y por allí andamos todos juntos e incluso revueltos.
Me digo yo a mí misma...